cuento # 8
caminar
Hace
mucho tiempo, casi en los inicios del tiempo de las masas móviles. Una de
ellas, que se hacía denominar Raza Humana iba caminando tranquilamente por el
bosque cuando uno de los árboles lo llamó y le preguntó:
- Dime Raza Humana, ¿cómo es que puedes caminar y
nosotros, los árboles no?
La Raza Humana, hasta entonces, sólo había
caminado y caminado pero jamás se había hecho esa pregunta, y por más que lo
intentó, no logró dar con una respuesta satisfactoria a la demanda del árbol.
Sólo pudo decir:
- Mira hermoso árbol, yo siempre he caminado, y
creo que es la Sabia Naturaleza la que me ha dado esta virtud, pero más no sé
al respecto.
Y la Raza Humana siguió su camino, luego se
encontró con una gran roca y ésta le hizo la misma pregunta, y la respuesta de
Raza Humana fue la misma.
Y fueron muchos más los seres inanimados los que
interrogaban a Raza Humana pero éste jamás tuvo una respuesta coherente que
dar.
Y Raza Humana se puso a indagar acerca del extraño
fenómeno que lo diferenciaba de los demás seres del reino de la Reina Masa. Y
nada, no conseguía obtener ni siquiera una hipótesis razonable. El Señor Peso dijo: La Raza
Humana, y otros seres, pueden caminar pues el peso de ellos los obliga a
permanecer sobre la superficie de la Tierra. Y cuando intentan avanzar,
elevando uno de los pies, es el peso el que lo obliga a avanzar y así puede dar
un paso, y luego otro y otro más, logrando, entonces, que pueda caminar.
Inercia escuchó atentamente las palabras del Señor
Peso y agregó: lo que dice el Señor Peso es cierto, pero soy yo la encargada de
que la Raza Humana, y otros seres, dando el primer paso después continúen
avanzando o retrocediendo, si no fuera por mí, darían el primer paso y ahí
quedarían sin poder avanzar o retroceder.
Gravedad, que también había escuchado al Señor
Peso y a Inercia, dijo: cierto lo que dicen ustedes, pero deberán tomar en
cuenta, especialmente el Señor Peso, que si no existiera yo, el Señor Peso no
podría actuar sobre la Raza Humana y otros seres que pueden caminar Ya ves Raza
Humana, ahora que te hice falta y que querías ignorarme no has podido siquiera
sostenerte en un lugar, no pudiste empezar a caminar por más que el Señor
Fuerza Muscular lo intentó, y ni siquiera con el Señor Peso y Gravedad
pudisteis hacerlo, tampoco te ayudó la querida Fuerza Normal, solo Inercia
colaboró y lo único que conseguiste fue chocar con ese árbol.
Bueno, dijo Raza Humana, y qué tienes que decirme
entonces:
Verás,
cuando tú apoyas tus pies en la superficie de la Tierra, y el Señor Fuerza
Muscular intenta mover tu pie, tu pie necesita donde afirmarse para impulsarse,
y ahí estoy yo, permitiendo que no te resbales en la superficie de la Tierra.
¿Entiendes ahora? Bueno, ahora que quisiste escucharme puedes volver a caminar
sin dificultad.
Raza Humana iba a intentar caminar y tampoco pudo
hacerlo, no se resbalaba pero tampoco avanzaba. Pidió al Señor Impulso que lo
empujara, éste lo hizo, pero aún así no logró moverse un milímetro.
La multitud que estaba aún observando lo que
pasaba a Raza Humana, no podía contener la risa y las carcajadas se escuchaban
de lado a lado en el reino de la Reina Masa.
Entonces, entre los asistentes surgió una voz
imponente:
- Estimada Raza Humana, ¿te dignarías escuchar una
voz más?
Todos dirigieron la vista hacia quien había
hablado, y se dieron cuenta de que eran los gemelos Fuerza de Acción y Fuerza
de Reacción.
Raza Humana, ya molesto con lo que le estaba
sucediendo y con ser motivo de las risas de la multitud. Aceptó escucharlos.
- Tomó la palabra Fuerza de Acción. Querida Raza
Humana, cuando la Fuerza Muscular intenta mover tu pie yo soy quien me personifico
en ella y soy la responsable de iniciar la acción de intentar mover tu pie,
transmitiendo la fuerza sobre el suelo.
Inmediatamente continuó Fuerza de Reacción. Y yo,
apenas veo que intentan moverte, mi hermano hace el intento, me personifico en
el suelo, y gracias a Fuerza de Roce que impide que te resbales, yo ejerzo mi
Fuerza de Reacción sobre tu pie. Y gracias a ello puedes moverte.
Y ahora, la Raza Humana intentó moverse, y al fin
pudo hacerlo. Fue a dar la mano, por agradecimiento, a todos los que
colaboraron dándole los argumentos necesarios para la respuesta a la pregunta
que tantos le habían formulado.
Y así es que, desde entonces, la Raza Humana y
otros seres animados, pueden caminar gracias a la gran familia de las fuerzas y
otros amigos.
Raza Humana se dio cuenta que para caminar tenía
que agradecer al Señor Peso, a Gravedad, a Inercia, a Fuerza Normal, a Fuerza
Muscular, a Fuerza de Roce y a los gemelos Fuerza de Acción y Fuerza de
Reacción.
Y así la Raza Humana siguió caminando por las
calles, caminos, sendas y veredas de la Tierra.
Palabras desconocidas:
Fuerza de roce: Se define como fuerza de rozamiento o fuerza de
fricción, a la fuerza entre dos superficies en contacto, a aquella que se opone
al movimiento entre ambas superficies o a la fuerza que se opone al inicio del
deslizamiento.
Inercia: es la propiedad que tienen los cuerpos de permanecer en su
estado de reposo o movimiento, mientras la fuerza sea
igual a cero, o la resistencia que opone la materia a
modificar su estado de reposo o movimiento. Como consecuencia, un cuerpo
conserva su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme si no hay una
fuerza actuando sobre él.
Fuerza de reacción: El término se
corresponde con una fuerza igual y opuesta ejercida por un segundo cuerpo sobre
el primero en respuesta a una fuerza aplicada por el 1 sobre el 2. Esta se
manifiesta en las acciones de empuje en los pasos de desplazamiento en el suelo
en las acciones de aceleración y cambio de dirección.
Superficie: Parte más externa de un cuerpo que lo limita o separa de lo que lo rodea.